- El sonido es energía,
- El sonido es forma,
- El sonido transforma la forma,
- El sonido cura.
- El mundo es sonido (Nada Brahma)
En la filosofía hindú, los sabios utilizan el sonido para cazar y sacar del cuerpo las emociones negativas, tales como el estrés, la ansiedad y el miedo.
Los cuencos tibetanos suscitan un interés creciente. Su sonido produce un efecto terapéutico real, ya que recrean la frecuencia armónica original, y estimulan el cuerpo ayudándole a recuperar su propia frecuencia.
Un órgano que está sano vibra con su propia frecuencia, se dice que está bien acordado. Sin embargo un órgano que está enfermo, su frecuencia esta perturbada.
Cada uno de nosotros tiene su propia raíz o frecuencia de alma. Cuando estamos en contacto con esa frecuencia nos centramos, nos sentimos enraizados a la tierra y al presente. Sin embargo, todos los ruidos que nos rodean (incluido el ruido electromagnético) perturban y nos alejan de nuestra propia frecuencia.
La vibración del sonido es capaces de ayudarnos a recuperar nuestra frecuencia. No sólo tenemos una frecuencia “esencia”, también cada órgano, tejido, músculo, las vértebras, los chakras y el campo etérico tiene una frecuencia de resonancia propias. Cuanto más tomas conciencia de esta sinfonía dentro de ti, más fácil te puede resultar mantener un flujo saludable musical dentro de tu sistema.
El masaje sonoro con los cuencos se realiza colocando los cuencos en contacto con diferentes partes del cuerpo. Produciéndose la captación del sonido por el cerebro como señal acústica y por otro lado la vibración entra en el cuerpo a través de su percepción como vibración física.
El cerebro recibe los impulsos acústicos percibidos por el oído y la vibración penetra en el cuerpo a través de centenas de millares de receptores térmicos y táctiles de la piel. Desencadenando reacciones corporales en los planos neuromuscular, fisiológico y vegetativo.
Las poderosas vibraciones se propagan a través del cuerpo, nuestras células y órganos y nuestro cuerpo se va armonizando a medida que se conecta con las ondas vibratorias primordiales que producen los cuencos.
Los beneficios de esta práctica milenaria los hemos comentado en artículos anteriores
No hay comentarios:
Publicar un comentario